CONCURSO IDEAL DE DOCUMENTOS SECRETOS, COLABORACIÓN DE AGENTES
Y LO PRINCIPAL: SERGIO MUÑOZ, JUEZ DECIDIDO, INTELIGENTE E IMPLACABLE
El primer avance fue una carta delatoria anónima, en secreto de confesión. Después se estableció que su autor fue el coronel CNI Héctor Celedón Nohra.
Esta es la historia narrada en el capítulo XXII:
CARTA DELATORIA EN SECRETO DE CONFESION
Otro hecho, enmarcado en este período auspicioso y presagiante para la
investigación judicial, fue una especial colaboración de un anónimo agente
de CNI, que se asiló en el secreto de
confesión y dio claras muestras de su real conocimiento de los autores y
ejecutores criminales.
Aproximadamente entre mayo y julio, el sacerdote Miguel Eduardo Ortega
Riquelme entregó al abogado Saavedra un documento recibido de manos de un ex
CNI, que se lo había confiado en un encuentro en su domicilio, de calle
Presidente Errázuriz 7001, Las Condes.
Se trató de dos hojas codificadas, las que al ser ensambladas dejaban
al descubierto las identidades de los implicados directamente en los asesinatos
de Tucapel y Alegría.
La siguiente es una trascripción fiel del contenido y forma de la carta:
(HOJA 1)
CASO T.J.A.
-LA
ORDEN PARA ELIMINAR A T.J.A. FUE DADA POR __(1)___, EN ESE
ENTONCES DIRECTOR DE _(2)__.
-LA
ORDEN LA RECIBIÓ EL _(3)_, DE DOTACIÓN DE _(4)__, QUIEN LA EJECUTÓ PERSONALMENTE.
-INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE CUMPLIDA LA ORDEN , EL _(5)__FUE DESTINADO A _(6)__.
-POR LOS ANTECEDENTES OBTENIDOS EN EL MOMENTO, SE
TIENE LA CERTEZA QUE _(7)__, NO TUVO CONOCIMIENTO DE ESTA
OPERACIÓN HASTA QUE ___(8)_ FUE DESTINADO A _(9)__.
-A MEDIADOS DE 1983, EL _(10)_, DISPUSO UNA OPERACIÓN DE
ENCUBRIMIENTO, PARA DESVIAR LA
ATENCIÓN DE LOS INVESTIGADORES E IMPEDIR, DE ALGUNA FORMA,
QUE DIRECTA E INDIRECTAMENTE SE VIERA INVOLUCRADO EL GOBIERNO.
-FUNDAMENTALMENTE, SE REQUIERÍA ENCONTRAR UN INDIVIDUO
QUE CUMPLIERA CIERTOS REQUISITOS O CARACTERÍSTICAS PARA INCULPARLO DE LA MUERTE DE T.J.A.
-FUE ASÍ COMO SE LLEGÓ A JUAN ALEGRÍA MUNDACA, QUIEN
TENÍA ANTECEDENTES DE ASALTANTE DE TAXISTAS, ERA ALCOHÓLICO Y VIVÍA SOLO.
-LA ELIMINACIÓN DE ALEGRÍA FUE LLEVADA A CABO
PERSONALMENTE POR __(11)__, CON LA DIRECTA COOPERACIÓN PERSONAL DE
__(12)__ .
LOS RESULTADOS SON DE PÚBLICO CONOCIMIENTO.
ANTECEDENTES
DEL EJECUTOR MATERIAL DE T.J.A.
NOMBRE VERDADERO: ____(13)__________
ALIAS QUE HA USADO: __(14) (15) (16)____
SITUACIÓN ACTUAL:
__(17)__ POR EL JUZGADO DE
__(18)___
SE SUPONE SE ENCUENTRA CUMPLIENDO PRISIÓN EN _(19)__ PERO VERDADERAMENTE SE ENCUENTRA
VIVIENDO EN __(20)___, DONDE TIENE UN __(21)___. EL MOTIVO DE LA DETENCIÓN PREVENTIVA
ES LA MUERTE DE
_(22)_ OCURRIDA EN __(23) EL _(24)
-EXISTEN PROCESO EN SU CONTRA EN JUZGADOS DE
SANTIAGO, _25_.
-SU SITUACIÓN DENTRO DEL __(26)__ ES MALA, PUESTO
QUE CON EL PROCESO DE __(27)___ DEBERÁ SER DADO DE BAJA POR EXIGIRLO EL
REGLAMENTO. POR LO TANTO ESTÁ DENTRO DE LAS POSIBILIDADES QUE LLEGADO ESE
MOMENTO QUIERA ABANDONAR EL PAÍS, CONTANDO, POR LÓGICA, CON EL APOYO DE _(28)__
SI ESTOS ANTECEDENTES SE MANEJAN BIEN, SE PUEDE
EVITAR SU FUGA E INCLUSO PEDIR SU DETENCIÓN EN UN CENTRO QUE REUNA LOS
REQUISITOS DE SEGURIDAD NECESARIOS, EN ATENCIÓN A QUE LEGALMENTE ESTARÍA
VIOLANDO LAS LEYES, AL IGUAL QUE LA INSTITUCIÓN , AL NO MANTENERLO EN EL LUGAR QUE
ESTA DISPUESTO.
(HOJA 2)
CASO T.J.A.
(1) GENERAL ALVAREZ SGOLIA
(2) INTELIGENCIA DEL EJERCITO (DINE)
(3) CAPITAN CARLOS HERERA JIMÉNEZ
(4) DEL BATALLON DE INTELIGENCIA DEL EJERCITO
(5) CAPITAN HERRERA
(6) LA CENTRAL NACIONAL DE INFORMACIONES
(7) LA
C.N .I.
(8) EL CAPITAN CARLOS HERRERA
(9) ESE ORGANISMO
(10) GENERAL HUMBERTO GORDON, DIRECTOR DE LAS C.N.I.
(11) CARLOS HERRERA
(12)ALVARO CORVALAN ENESE ENTONCES JEFE DE LA UNIDAD ANTISUBVERSIVA.
(13)CARLOS HERRERA JIMÉNEZ
(14)MARCOS BELMAR
(15)MARIO BRAVO
(16)MAURO
(17)PROCESADO (JUNTO A ARMANDO CABRERA AGUILAR)
(18)MILITAR DE LA SERENA
(19)EL CUARTEL DE C.N.I. DE VIÑA DEL MAR
(20)POCOCHAY, EN EL CAMINO CALERA-QUILLOTA
(21)CRIADERO DE CERDOS
(22)EL TRANSPORTISTA MARIO FERNÁNDEZ LÓPEZ
(23)LA
SERENA
(24)EL 17 DE OCTUBRE DE 1984
(25)CONCEPCIÓN Y VALPARAISO
(26)EJERCITO
(27)TRANSPORTISTA MARIO FERNANDEZ LÓPEZ
(28)LA
C.N .I. Y EL EJERCITO
NOTA: EL PROCESO DE LA SERENA YA FUE CERRADO
POR EL FISCAL MILITAR Y SE SUPONE QUE DICTARA SENTENCIAS A PRINCIPIOS DE ENERO
DEBIDO A LOS CAMBIOS DE MANDO. SI NO SE DICTA EN ENERO, SE HARÁ DEFINITIVAMENTE
EN MARZO DE 1990.
El abogado
querellante retuvo inconvenientemente la información, para darle un uso
estratégico –como veremos mas adelante-, pero finalmente la puso a disposición
del tribunal el 26 de septiembre.
Mediante un escrito, aseveró que “corrobora gran parte de lo investigado en
autos y ratifica los antecedentes que están llegando a esta defensa”.
Por otra
parte, dijo, “por las distintas pericias y averiguaciones efectuadas por los
funcionarios de la Brigada
de Homicidios encargados de esta investigación, se ha podido comprobar que las
denuncias y documentos recibidos están plenamente comprobados”. Y en el caso
del asesinato de Alegría Mundaca, “las investigaciones han confirmado
ampliamente su conexión con el homicidio de Tucapel Jiménez y que al menos una
persona participó en ambos crímenes”.
A.- VERSION DEL SACERDOTE
El cura Miguel Ortega fue citado a dar su versión ante el ministro en
visita (112). Explicó que el
individuo le visitó a fines de 1989 en dependencias del Seminario Menor, del
cual es rector, señalando que era ex CNI y poseía algunos antecedentes sobre el caso de Tucapel Jiménez. “Dijo este
agente que había recurrido a mí porque me conocía por la prensa, había seguido
mi trayectoria como sacerdote y por mis actuaciones públicas. Le pedí que me
diera más antecedentes y este me señaló que venía a mí para que le indicara con
quien podía hablar para colaborar en el asunto. Así que le señalé haría las
averiguaciones del caso y me dirigí a la Vicaría de la Solidaridad , en donde
obtuve los antecedentes de los abogados. Este señor habló varias veces conmigo
y un día que tenía los antecedentes de los abogados sé los dí a esta
-----
(112) El religioso prestó declaración renunciando a su
fuero el 6 de diciembre de 1991.
persona,
(pero) optó por entregarme a mí los antecedentes o el documento que portaba.
Este fue un anónimo cuyo título era CASO T. J.A. Él me explicó muy poco de este
documento, el cual estaba con dos hojas escritas y en blanco”.
El religioso puso en jaque al agente,
solicitándole información que acreditara su dominio y conocimiento de
situaciones internas del organismo. Fue así como le reveló la operación
destinada a impedir la llegada a Chile del líder polaco Lech Walesa (como la
relatamos en el capitulo V.L). Así lo expuso Ortega, literalmente: “Esta
persona me dio otros antecedentes de
cosas que nada tenía que ver con Tucapel Jiménez y a raíz de estos
antecedentes comprobé que efectivamente el tipo este tenía antecedentes
fidedignos, versión del caso Tucapel Jiménez que creí ya que había comprobado
que el tipo este no mentía”.
Por su parte el informante puso sus condiciones: “Este señor me pidió
la más absoluta reserva de todo lo que yo conocía o conocí de este caso,
tampoco se identificó y no me autorizó a conocer su nombre. Tampoco me consta
que lo que yo escuché sea la verdad. El señor este aparentemente me entregó
todo lo que conocía del caso Tucapel Jiménez, pero en el caso Alegría tenía
mayores datos al respecto, sabiendo la identidad de varios participantes”,
concluyó el religioso.
XXIII.- DECISIVA
COLABORACION DE EX JEFE CNI
Objetivamente, los esfuerzos y manejos del abogado Saavedra por
alcanzar la verdad fueron determinantes. Recordemos el papel esclarecedor
inicial del ex inspector Rodríguez. Pero lo que logró a través del hijo de una
amiga suya, fue notable. Sus anhelos se cruzaron en el momento propicio con la
desesperación del verdugo, capitán Carlos Herrera Jiménez, transformándose en
energía que jugó a su favor, producto de su habilidad y la suerte, como en
todos los aspectos de la vida.
Cuando trabajó en la
Dirección de Industria y Comercio (DIRINCO), no sólo amistó
con Tucapel, sino que también se avino con una funcionaria a la que defendió en
diversos asuntos judiciales. Esta mujer tenía un hijo, Héctor Luis Felipe
Celedón Nohra, joven oficial de Ejército. Con el tiempo armonizaron de tal
manera que se trataban “como hermanos”, a juicio de algunos, pero con
vocaciones francamente opuestas. Uno, menudo y delgado, agente de CNI; el otro,
macizo, alto y barbudo, abogado y defensor de los derechos humanos.
Al producirse el golpe militar, Celedón Nohra ostentaba el grado de
capitán. Cumplía destinación en el regimiento de Iquique. Y entre la dotación
figuraba al subteniente Carlos Alberto Fernando Herrera Jiménez. Vivieron en
casas vecinas en el barrio militar. El año 1982, con el cargo de segundo comandante de la División Regionales
de la CNI , se
reencontró con Herrera y siguieron viéndose en el verano del año siguiente, con
motivo del festival de la canción de Viña del Mar, ya que tuvo que trasladarse
a la “Ciudad Jardín”, para coordinar las acciones de seguridad.
Como sabemos, en aquella época Herrera integraba la CNI Regional Viña del
Mar, como segundo jefe para los exclusivos fines de la “operación de encubrimiento”.
La relación fraternal entre ambos se consolidó. Fue un facilitador el
importante cargo de Celedón, como segundo jefe de todos los regionales de CNI,
desde Arica a Punta Arenas –excepto la región metropolitana-. Y pese a que
sirvieron juntos en Inteligencia hasta 1984, fecha en que Celedón fue destinado
a otra repartición, continuaron reuniéndose muy seguido. El año 1987, Celedón
se acogió a retiro con el grado de teniente coronel y Herrera, con el grado de
mayor, enfrentado a su primer grave cargo de homicida: Haber dado muerte al
transportista DC Mario Fernández, en la nortina ciudad de La Serena. A partir de
entonces se vieron más distanciadamente.
Por su parte, Celedón en su
rutinaria vida de jubilado vio reducidos sus ingresos económicos. La pensión no
le alcanzaba. Vivía en la populosa comuna de Pudahuel.
A mediados del ‘91 se encontró
en la calle con su amigo Jorge Saavedra. Con los efusivos abrazos y palmoteos,
se vio desarmado por completo. Aprovechó la ocasión de contarle sus necesidades
y ganas de hacer una actividad adicional. Para sorpresa suya, lo citó al día
siguiente y le ofreció una camioneta modelo VAN, para trabajarla en una agencia
de turismo de su propiedad. Para ello le habilitó un privado en su estudio
jurídico de calle Catedral. Incluso más: el habilidoso Saavedra le prometió
financiar los estudios de Leyes y convertirlo en su procurador
Dada la figuración pública de su amigo abogado, se anticipó a que la
“gente de Inteligencia” lo considerase un traidor y pidió una reunión con la
jefatura de DINE para informar el tipo de trabajo que haría en la oficina de
quien era el enemigo público número uno de esa rama de las Fuerzas Armadas.
Volvió a contactarse con Herrera, a quien impuso de su nueva actividad.
Para justificarse, hizo valer la amistad de años y la vinculación con su madre.
Pero en una oportunidad, Herrera lucía apesadumbrado por su situación judicial.
Veía inminente una condena de cárcel, que “sería muy injusta”, le dijo, “pues
no he cometido ese delito. El verdadero autor fue un oficial de Carabineros de
apellido Style” (sic). Y tras criticar al abogado institucional que lo
defendía, le pidió que intercediera ante Saavedra, para en reunión con él contarle el problema.
¿Que había detrás de tan ingenua petición? Lo veremos enseguida.
Celedón entregó el recado sin ambages, aprovechando un almuerzo a solas
con el letrado en el Estadio Español. Le hizo ver que Herrera se sentía
abandonado por sus superiores jerárquicos, porque no le habían cumplido sus
promesas. Y que incluso sus camaradas de armas lo veían como ‘persona non
grata’. Al punto que incluso a su señora, funcionaria del Ejército, le daban un
trato poco deferente. Al terminar su exposición persuasiva, recibió una dura
afirmación: “Tu amigo Herrera, según mis antecedentes, está vinculado
directamente en el asesinato de Tucapel Jiménez”, sentenció y no volvió a tocar
el tema.
La propuesta había causado en Saavedra “escalofrío y una sensación
indefinible, muy fuerte y poderosa” (113). Transcurrieron varios días sin un nuevo contacto. Todo ese lapso lo
dedicó a afinar su estrategia en torno a lo
que sería
la primera oportunidad de recibir información relevante de boca del principal
sayón, que permitiría ampliar y desarrollar tanto las pistas del ex
Inspector
Rodríguez como lo revelado por la carta delatora que por esos días le había
entregado el sacerdote Miguel Ortega.
Saavedra habló el tema con Samuel Canales, abogado de la familia del
pintor Juan Alegría, y consultó a
Horacio Toro, entonces General Director de Investigaciones. Luego, llamó
a Celedón a su oficina y le comunicó su aceptación, pero le preguntó (114):
-“¿De qué vamos
a conversar? ¿Qué quiere de mí el mayor Herrera?”
-“El mayor
Herrera está dispuesto”, le aseguró Celedón, “a reconocer su culpabilidad en la
muerte de Jiménez y de Alegría, a cambio de obtener una condena menor; y se le
absuelva de los cargos en el homicidio del transportista Fernández, pues su
único deseo es dedicarse a su familia que es lo que más quiere, e irse a vivir
fuera de Chile e iniciar una nueva vida”.
EL SEGUNDO AVANCE: MINUTA SECRETA DESCUBIERTA POR EL JUEZ MUÑOZ Y QUE DA PISTAS EXACTAS SOBRE EL CUERPO DEL DELITO.
Documento Secreto sobre el arma empleada y sus autores |
EL TERCER AVANCE: CON LA COLABORACIÓN DEL AGENTE CELEDÓN NOHRA, EL ABOGADO DE LA FAMILIA DE TUCAPEL JIMENEZ SOSTUVO REUNIONES SECRETAS CON EL VERDUGO CARLOS HERRERA JIMÉNEZ Y LE CONFESÓ TODO A CAMBIO DE BENEFICIOS.
Esta es la historia:
XXIV.- REUNIONES SECRETAS SAAVEDRA-MAYOR HERRERA
A.-CONFESION COMO MONEDA DE CAMBIO
La cita se convino a las nueve de la mañana del viernes 13 de
------
(113) Declaración
del abogado ante el ministro en visita
el 25 de abril de 1994.
(114) )Declaración del abogado ante el ministro en
visita el 25 de abril de 1994.
septiembre de
1991, en el Hotel Sheraton, (115).
Se ordenó desayuno sólo para dos, pues Herrera pidió nada más que café y jugo.
La tensión hacía irrespirable el lugar. Por la cabeza de Saavedra pasaban sentimientos encontrados de “rabia, dolor,
temor e impotencia”. Al principio el
agente estaba atento a cualquier imprevisto y se esforzó por sondear al abogado
para detectar cuánto había avanzado en la investigación. Felizmente gracias al
anónimo codificado que había recibido por una parte de manos del sacerdote
Ortega y de otra en su residencia particular, pudo seguir la conversación
demostrando tener más conocimiento de lo que realmente sabía.
-“Tengo mucha
información que señala que usted es el autor del homicidio de Tucapel Jiménez”,
le advirtió Saavedra, de entrada. (116)
De ahí en adelante el agente apuró su café y comenzó a hablar de su
estado anímico, de su situación personal que lo había llevado a escribir a sus
superiores reclamándoles y solicitándoles audiencia, frente a lo cual recibió
por respuesta el silencio. A continuación entró a los hechos. Confesó de plano
“que había
ejecutado a Tucapel Jiménez” y usó el término “ejecutado”, por cuanto fue el
“cumplimiento de una orden”, puesto que esa muerte “fue para mi una operación
militar más” (117).
Mirando fijamente a los ojos, agregó que “la orden” la recibió
“directamente del Jefe del Batallón de Inteligencia”, el oficial Víctor Pinto
Pérez, quien transmitió “instrucciones del general Álvarez Scoglia, Director
del DINE” (118). Saavedra le
pregunto por otros nombres y se negó a
darlos.
Herrera reconoció haber sido destinado al DINE con el sólo propósito de
efectuar la operación de Tucapel Jiménez, y una vez ejecutada fue nuevamente
destinado a la CNI ,
y en esa organización lo nombraron Jefe de Operaciones en Viña del Mar.
Posteriormente, tuvo una reunión con el General Humberto Gordon,
Director Nacional de la CNI ,
y Alvaro Corvalán, Jefe de Operaciones de la CNI , Región Metropolitana, en la que se acordó
efectuar una operación “para eximir de responsabilidad al Ejército de la muerte
de Tucapel Jiménez”, la que se tradujo “en la muerte del obrero Juan Alegría” (119).
Creyendo haber cumplido con su parte, conminó a Saavedra a ayudarle a
salir indemne del caso de La
Serena. Y la posición que le expresó el abogado fue que “aún
había tiempo en la causa de La
Serena para demostrar su
-----------
(115) Abogado Jorge Saavedra
acompañó al tribunal original de boleta de consumo NC 068337 Serie E.
(116)Versión de la reunión dada
al tribunal por Celedon.
(117) Versión de la reunión de
Jorge Saavedra.
(118) Versión de la reunión de
Jorge Saavedra.
(119) Id
inocencia,
“siempre que nos diera elementos de prueba”. Y respecto de los crímenes de
Jiménez y Alegría, le manifestó que podría recibir rebaja de penas por su
espontánea confesión, “por haber actuado por órdenes superiores”, lo que hacía
posible las eximentes de “obediencia debida” y “una probable aplicación del
arrepentimiento eficaz” (120).
De pronto, Herrera se levantó de su silla y se retiró tan silencioso
como llegó, no sin antes cumplir con el rito de hacer chequeo y contrachequeo
antes de salir del hotel.
B.- SEGUNDA REUNIÓN: HERRERA CONFIESA TODO
Herrera desapareció casi todo un mes, porque estaba preparando su fuga
del país en el marco de una estrategia institucional, como constataremos más
adelante. Pero
todo ello no sólo el Grupo Especial lo desconocía, sino que también el abogado
Saavedra, cuando se contactaba con él.
Viajó a Buenos Aires con identidad
argentina falsa, de “Mauricio Gómez”, y
regresó al territorio al territorio nacional el 12 de septiembre de
1991, vía Avianca, un día antes de la primera entrevista con el querellante.
Luego, volvió a ir a Argentina el 19 de septiembre de 1991, en el vuelo 794 de
KLM (121).
Con antelación, identificándose como
agricultor y empresario, había viajado el 18 de julio de 1990, en el
vuelo 201 de Aerolíneas Argentinas, con destino a Buenos Aires. Retornó el 23 de julio, en el mismo medio. Al tiempo
después, el 17 de mayo de 1991, partió
por tierra a través del Paso Los Libertadores con destino a Argentina y volvió
por la misma vía al día siguiente.
Pero en octubre se contactó de nuevo
con su fiel Celedón, para pedirle una nueva reunión de carácter urgente. La
cita la fijó a las 17:00 horas en el restorán alemán “Der Müncher Nof”, en el
2.105 de Diego de Velásquez, comuna de Providencia. Celedón llamó a Saavedra y
lo recogió en la camioneta “VAN” a la salida de su oficina.
El local estaba desocupado. Herrera Jiménez lucía muy tenso. Sin mediar
pregunta reveló que andaba “escapando” de agentes de su propia institución, que
querían tanto a él como al suboficial Cabrera Aguilar “eliminarlos” (122). En tales circunstancias, había
meditado mucho lo
-----
(120) Versión de la reunión de
Jorge Saavedra..
(121) Según oficio de carácter reservado Nº 1165, del 29
de julio de 1994, del Departamento de Control de Fronteras de la Jefatura Nacional
de Extranjería y Policía Internacional
(122) Versión dada al tribunal
por Celedón el 25 de abril de 1994, confirmada por Jorge Saavedra.
conversado en la
anterior oportunidad y que Saavedra “le inspiraba enorme confianza”, por lo que
“iba a contar todo lo que sabía” (123),
con la esperanza que cumpliera lo que le había solicitado. Y en caso de pasarle
algo, ayudase a su familia.
Acto seguido, Saavedra lo llevó directo al caso Tucapel, exhibiendo a
Herrera la carta Caso TJA, que le había llegado a su oficina y que
revelaba fechas, lugares y nombres de implicados en el crimen del líder
sindical y del carpintero Alegría. En ese instante, Herrera “reconoció lo que
decía el anónimo” (124). Había
nerviosismo entre los confabulados, por lo que en varias ocasiones Celedón se
paró a husmear afuera del local.
De ahí en adelante, Herrera descorrió totalmente el velo de la verdad,
entregando datos verdaderos, pero encubriendo algunos sobre personas. Admitió
que la orden se le había dado el Director Nacional del DINE, General Álvarez
Sgolia, a través del Jefe del Batallón de Inteligencia (denominación inexacta,
pues es CIE), coronel Pinto Pérez. El arma, un Pasper calibre 22 (incorrecto,
es un Dan Wesson), le fue entregada por el entonces capitán Ferrer (teniente
coronel), junto a un sargento (es el capitán Juan Carlos Arriagada), que habían
obtenido el arma en un procedimiento (quitada de armas en Armería Italiana).
Comentó que a ese sargento (capitán Arriagada) después “lo habían cagado” (lo
cual fue exacto, por haber dejdo un recibo).
A renglón seguido, pasó a narrar la eliminación misma de Tucapel (tal
como la relata en el capitulo VI J). Como hechos nuevos, indicó que los autos
Peugeot empleados en el operativo los entregan en un garaje de la DINE.Y que con
posterioridad a estos hechos se enteran de este crimen los generales Ramírez,
Abarzúa y Salas Wenzel. Cuenta también que estaban enterados de estos hechos,
por diferentes motivos, los oficiales Julio, apellidsado Infante, y los
artilleros Claudio Sepúlveda y comandante Enrique Vejar. Este entró después a la Universidad Bernardo
O’Higgins, a estudiar leyes.
Aseguró que a estos tres últimos –para sorpresa de Saavedra y
Celedón-también le ordenaron liquidar al presidente de ANEF, pero
desobedecieron pretextando variadas excusas. Y por eso lo trasladaron a él al
DINE, para ejecutar la operación, y esto lo cuenta con gran orgullo
profesional, pues claramente se siente superior al común de los oficiales del
Ejército.
Al cabo de dos horas, Herrera cerró sus revelaciones reiterando la
confianza en su interlocutor, de quien espera cumpla con lo solicitado. Dicho
esto, se levantó bruscamente para hacer abandono del recinto en medio de la
oscuridad reinante en la capital.
------
(123) Versión dada al tribunal por Celedón el
25 de abril de 1994, confirmada por Jorge Saavedra.
(124) Versión de Celedón dada al
tribunal el 25 de abril de 1994.
El abogado disfrutó muy satisfecho el logro alcanzado en el encuentro
clandestino. Sabía al dedillo las luchas intestinas que se estaban dando en el
Ejército, por impedir el quiebre de los hombres que fueron usados como
exterminadores. De manera que debían ser “protegidos” con todo lo que estuviera
disponible, dándolo por cierto satisfacción a las demandas sociales y
financieras que hacían.
MINISTRO EN VISITA INTELIGENTE, INCORRUPTIBLE
E IMPLACABLE
A diferencia de Valenzuela Patiño, el ministro en visita que tomó el caso, Sergio Muñoz Gajardo, logró penetrar los archivos ocultos de la Brigada de Homicidios y perseguir a los agentes secretos de la DINE hasta ubicar a los integrantes del Cuerpo de Inteligencia del Ejército. Creó un sistema de búsqueda de identidades gigantesco y una modalidad múltiple de careos con los agentes, con filmadoras y grabadoras.
Tan abrumadoras prueas obtuvo que el mayor Carlos Herrera Jiménez optó por confesar todo el operativo de eliminación y con él cayeron todos los generales envueltos en la operación de inteligencia denominada: Eliminación Física de Tucapel Jiménez Alfaro".
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